Giuseppe Arcimboldo, Estado y el otoño, óleo sobre tabla, 1572.
Seguramente en algún momento nos hemos topado en algún medio con estos retratos tan interesantes y nos hemos adentrado en contemplar a detalle tan minuciosas composiciones. Obras de arte que rompe con los convencionalismos del siglo XVI, para desconcertar al publico de una manera estéticamente atractiva.
Giuseppe Arcimboldo es un artista nacido en Milán en el año de 1527. Su creatividad se fue desarrollando mientras ayudo a su padre Biagio en su taller de vidriería, con lo que Giuseppe se sumergió en el bello oficio de la elaboración de vitrales, mosaicos, y frescos para las iglesias lombardas. A sus 21 años tuvo a oportunidad de entrar al gremio de pintores de Milán, para que a sus 35 años fuese aceptado como pintor de la cámara del emperador Fernando I de Viena, posterior mente de su sucesor el emperador Maximiliano II y su hijo el futuro Rodolfo II, lo que le aseguro un buen mecenazgo y una larga estadía en Praga, donde aprovecho el apogeo de la cultura humanista.
Es considerado como el Pintor ilusionista del manierismo, así como poeta y filósofo, se hizo famoso sobre todo por sus sorprendentes retratos compuestos de frutas y flores, que concentran múltiples puntos de vista: mirando la cabeza desde lejos ya sea de perfil, de frente o de tres cuartos, el observador puede captar la forma global, a menudo monstruosa, pero solo tras haberse acercado empieza a notar el esmerado encaje de cada uno de los objetos que la componen.
Cada complemento ya sean flores, frutas, peces, animales diversos y demás elementos, enriquecen el significado de la representación, ya sea que se trate de la caricatura de un individuo, de un oficio, de una estación del año, de un elemento natural, de una alegoría, de una cabeza reversible o de un bodegón. Cada uno de estos objetos, cuidadosamente elegidos, se entrelazan o se sobreponen, rivalizando con los otros para ocupar un lugar en particular dentro de la composición y acentuar el impacto ante el espectador.
Su obra genera una figuración mimética de la naturaleza, creando un efecto divertido, que encanta al espectador suscitando un placer intelectual. Y así, con su buena dosis de humor e ironía, el juego de Arcimboldo no podía más que constituir una fuente de inspiración para la creación de otros géneros, como por ejemplo la caricatura.
Las famosas cabezas monstruosas y otras tantas creaciones también son apreciadas como estudios de la flora y de la fauna al cumplir con objetivos científicos: se pueden ver sus dibujos botánicos hasta en las importantes colecciones de Ulisse Aldrovandi, botánico y entomólogo, utilizados para las ilustraciones de sus libros.
Después de un largo periodo en el que no se su obra permaneció en el olvido, hasta que el estudio y la valoración del trabajo de Arcimboldo fueron abordados con rigor hasta principios del siglo XX, como reflejo del interés volcado hacia ella por el surrealismo. apreciaron una fascinante mezcla de sátira y alegoría en estas obras. Arcimboldo muere en Milán en 1593.
A continuación, una recopilación de algunas de sus obras.
La primavera, óleo sobre tabla, 1555-1560.
Plato de verduras, óleo sobre tabla, 1590-93.
La tierra, óleo sobre tabla, 1566.
El invierno, óleo sobre tabla, 1555-60.
El agua, óleo sobre tabla, 1566.
El jurista, óleo sobre lienzo, 1566.
El fuego, óleo sobre tabla, posterior a 1566.
Titulo y año desconocidos, óleo sobre tabla.
Aire, óleo sobre tabla, año desconocido.
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