
Pastoras, Wiiliam Adolphe Bouguereau.
Este 30 de abril celebramos el día del niño en México y qué mejor manera de conmemorar a la infancia siendo un momento universal en la vida de todo adulto, que a través del análisis de las representaciones artísticas sobre el tema. Los niños son un extraordinario modelo de estudio para entender nuestra construcción como personas a través del desarrollo físico, cognitivo, psicológico, etcétera, abriéndose en esta actualidad a cuestionamientos y reflexiones sobre el impacto de los fenómenos socioculturales que afectan en la vida del niño según el momento histórico que le tocó vivir, teniendo así modelos de comparación con nuestra contemporaneidad a través de los registros otorgados por diversos artistas.
En la infancia se depositan valores y características humanas que se van perdiendo a medida que vamos creciendo, tales como: la ternura, la pureza, la ingenuidad, la inocencia, la necesidad de cuestionar todo, la imaginación, la ilusión, etcétera, cualidades que son muy significativas en diversas disciplinas artísticas para interpretarlas y revalorarlas.
Los primeros hallazgos sobre interpretaciones plásticas sobre los niños se encuentran en la pintura rupestre con representaciones sobre su noción de la familia, donde vemos humanos en menor escala que los padres, después podemos remontarnos a las culturas griegas y romanas, donde se tiene más definido un canon de belleza estética, en la que los niños se anteponían a estos ideales de belleza, pues por su temprana edad no alcanzaban a cumplir con estos cánones, por lo que en algunas ocasiones se les representaba solo como apoyo estructural para enaltecer el cuerpo del adulto en las obras de carácter mitológico. Posteriormente a la llegada del cristianismo la imagen de los niños adquiere una connotación ligada a la divinidad con las representaciones del niño Jesús y los serafines, mensajeros de la voluntad celestial.

Petroglifo de la familia en el desierto de Nevada.

Augustino de Prima Porta, 20 a. C. Copia en mármol.

Afrodita, Pan y Eros, mármol, 100-150 a.C.
Posteriormente a la llegada del cristianismo la imagen de los niños adquiere una connotación ligada a la divinidad con las representaciones del niño Jesús y los serafines, mensajeros de la voluntad celestial, aunque en el estilo del periodo gótico la estética de los niños representados sigue tratando de igualar al ideal de belleza de una persona adulta, lo cual podría explicar a los niños representados como adultos pequeños.

Virgen en el trono con el niño, ángeles y santos, Duccio, 1308-1311.
A partir del renacimiento a los movimientos artísticos posteriores, la imagen de los niños toma un enfoque más humanístico a través de las representaciones del desnudo infantil (a pesar de ser un tema un poco delicado) que implica permear en la intimidad del cuerpo desnudo del niño como objeto de estudio para observación y representación asociados a la connotación de inocencia, pureza y virtud que atañe la imagen de un niño.

Detalle de la Madonna Sixtina de Rafael Sanzio.

La virgen y el niño con San Juan Bautista, Rafael Sanzio, óleo, 1507.

Bacanal de niños, Jan Davidz de Heem y Thomas Willeboirts, óleo, 1630-1654.

Niños en la playa, Joaquín Sorolla, 1899.

Cupido durmiendo, Caravaggio, óleo, 1608.
A los siglos posteriores al renacimiento se vuelve más notorio el contraste de las diferencias entre clases sociales a través del retrato, empezando por los encargos de la corte para retratar a sus niños representados en los cuadros con sus valores religiosos, familiares, poder, estatus y ostentosidad, en contraste con las obras del realismo social (movimiento pictórico que ilustraba la vida de la población marginada) que tomaron mayor importancia en el siglo XIX, ilustrándonos niños de las clases mas humildes viviendo en condiciones muy precarias, trabajando o siendo explotados en alguna actividad.

Retrato del infante Felipe Próspero de Austria por Diego Velázquez.

Niños jugando a los dados por Bartolomé Esteban Murillo.

Niño espulgándose, Bartolomé Esteban Murillo.
La llegada de la fotografía y nuevos estilos de arte vuelven a dar significancia al tema a través del registro de los niños en su contexto social, ya sea recordándonos la nostalgia de los detalles de la vida que dejamos de apreciar cuando crecemos o concientizando al espectador sobre los abusos que los niños han sufrido durante siglos al ser vulnerables por su temprana edad e inocencia. Ahora nos exponen imágenes más fieles e inquietantes sobre tantas injusticias para esta población, sobre todo los niños al borde de su marginalidad. reafirmando la importancia de los derechos de los niños y la responsabilidad por parte de los adultos para brindarles mayor estabilidad en aspectos como la nutrición, la higiene, la educación, la familia, entre otros, convirtiéndose en parámetros que se fueron estableciendo a lo largo del tiempo para constituir los derechos universales que deben tener los niños.

El primer par de zapatos nuevos de werfel, fotografía de la revista Life en 1946.

Un taller de Indiana, EE.UU., de Lewis Hine, 1908, imagen tomada de el comercio.com.
Son muy impactantes las obras de artistas que utilizan el dolor de niños como los que sufrieron las consecuencias de eventos bélicos e intolerancia racial, generando un fuerte impacto a los espectadores de la imagen, así como las obras que descontextualizan el tema de la inocencia como critica ante temas tan indignantes como la pedofilia y la pornografía infantil, mostrándonos imágenes de niños en contextos sexualizados que desconciertan al espectador al romper con los cánones de virtuosismo de un niño a merced de la imposición de la obediencia.

Por la fuerza empujo fuera de la vivienda, foto tomada del informe de Jürgen Stroop a Heinrich Himmler, en mayo de 1943.

Gottfried Helnwein, pintura de la serie “los desastres de la guerra”, técnica mixta, 2007.

Chica con gato, Balthus, 1937.
Como vemos la construcción social y estética mostradas en las obras de arte en cuanto al tema de la infancia han cambiado con el tiempo. La figura del niño en el arte contemporáneo se apunta como un recurso visual para retratar problemáticas sociales del pasado aún existentes en el presente.

Muñecas de los pies negros, Karen Noles, 2013.
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