Vitrales de la presentación del niño Jesús en el templo. Imágenes tomadas de Pinterest.
Ha llegado el 2 de febrero, día de la candelaria en el que se conmemora a la presentación del niño Jesús en el templo, así como la purificación de María. Tal festividad se celebra de una manera muy particular en nuestro país, pues se convirtió en una tradición que combina el sincretismo religioso traído desde España en el proceso de colonización, enlazándose con el legado prehispánico de nuestros pueblos originarios. Gracias a esta conjunción cultural es que tenemos la costumbre de degustar deliciosos tamales acompañados de atole y vestir al niño Jesús para presentarlo en la iglesia. Aunque vale mucho la pena ahondar un poco en el origen de esta celebración y ver cómo ha sido abordada por los artistas que nos han ilustrado a lo largo del tiempo.
Esta fiesta tiene su origen en tradiciones de oriente, particularmente en Jerusalén. En el texto de levítico 12 se describe el valor de la sangre humana como liquido vital donde se resguarda la vida, por lo que nadie puede tocarla o estar en contacto con ella, pues se considera pecado. Pero en el caso de las mujeres al dar a luz, se impregnan de la sangre del parto, así que quedaban impuras. Para enmendar lo acontecido tenían que presentarse en el templo después de 40 días de haber nacido su hijo en caso de ser varón ó 80 días después si se trataba de una niña, para purificarse y para ello tenían que llevar una ofrenda de dos animales, de los cuales uno de ellos era sacrificado y con su sangre se bañaba al otro que sería dejado en libertad. Con este acto la mujer quedaría purificada, gracias a la sangre del sacrificado, pues la sangre de uno es el precio del rescate del otro, todo esto según la ley de Moisés.
El evangelio de San Lucas nos describe como fue este acontecimiento en el caso de la virgen María, quien a pesar de ser inmaculada quiso cumplir con las obligaciones religiosas, presentándose en el templo junto con su hijo y su esposo, llevando como ofrenda dos pichones que eran una ofrenda considerable para la gente humilde. El texto relata como un anciano llamado Simeón levanta al niño y lo reconoce como el salvador de Israel y luz de las naciones, haciéndole la profecía a María del sacrificio que tendría que hacer su hijo más adelante y advirtiéndola del dolor que ella sufrirá.
Fue tal la trascendencia de este acontecimiento bíblico que su celebración comenzó a extenderse a occidente por medio de procesiones con candelas (velas), viniendo de ahí el nombre de la celebración de la candelaria. La conmemoración se oficializo para el día 2 de febrero, día en que habrían transcurrido 40 días desde el 24 de diciembre en que se celebra el nacimiento del niño Jesús.
Cuando los españoles adoctrinan nuestro territorio, nos traen la adoración a la imagen de la virgen de la candelaria (aludiendo a la luz), imagen cuyo origen relata que fue encontrada por dos pastores guanches en Tenerife, una isla que corresponde a España. Mas adelante la celebración se enriquece con la gastronomía prehispánica por medio de los tamales, pues ancestralmente estos se preparaban para las ofendas a los dioses, por ello comenzaron a dedicarse al niño Jesús en reconocimiento como deidad. En virtud de que el maíz era también un aliento sagrado para los pueblos prehispánicos y es la base de los tamales, este era presentado a la iglesia, así como había sido ofrendado ante el dios Tlaloc, para cumplir el ciclo agrícola. Es así como se gesta esta tradición muy particular de nuestro país.
Como este tema no podía paras desapercibido por los artistas, presento una serie de obras que ilustran el tema.
Agnus dei (cordero místico), Francisco Zurbarán, oleo del barroco español, representativo del cordero que será sacrificado como cristo.
La presentación del niño Jesús en el templo, Ángelus Nardi, óleo sobre tela, Siglo XVII.
Presentación de María en el Templo de Jerusalén, Cima da Conegliano, oleo sobre lienzo, hacia 1500.
Presentación de niño Jesús en el templo, Francisco Javier Cortes, oleo sobre tabla, siglo XIX.
La purificación de la virgen María, Pedro de campaña, oleo sobre tela, 1556.
Virgen de la candelaria de la isla de Tenerife, Madera policromada del barroco español.
Elaboración de los tamales, ilustración del códice florentino.
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