Yokais de la serie cien historias de fantasmas, por Katsushika Hokusai.
Es tan rico el imaginario mitológico de la cultura japonesa, que nos ha legado un vasto mundo iconográfico tan inquietante que sigue sorprendiéndonos en esta actualidad, sobre todo cuando apreciamos antiguos grabados japoneses.
Los Yokai son tétricas representaciones de entidades sobrenaturales que sembraban temor en la población. Su impacto fue tal, que durante siglos se han mantenido como parte representativa del folclore japonés. La proliferación de los Yokai se dio durante el periodo Edo (entre los siglos XVII al XIX), gracias a la expansión de la imprenta y la alfabetización de la población, estos personajes empezarían a aparecer en varias representaciones artísticas, conformándose así una parte de la iconografía representativa de la cultura japonesa.
Hay pergaminos y libros que recopilan ilustraciones y descripciones de estos seres, aunque el más antiguo que se conoce sobre este tema es el “Kojiki”, el cual narra a través de canciones y poesía el cómo fue la creación del mundo de una manera mitológica y como parte de un universo fantasioso en el que los Yokai aparecen ante la necesidad de comprender fenómenos inexplicables que escapaban de la comprensión humana, desde las catástrofes atmosféricas, la propagación de enfermedades, etc.
Un Yokai está conformado por caracteres de demonios, dioses, animales, plantas e incluso objetos inanimados y nacen como la encarnación de un momento, un sentimiento de horror, descontento o asombro frente a un evento extraordinario, son un fenómeno que solo puede ser explicado como una entidad sobrenatural, una combinación entre algo natural y algo antinatural, siendo la parte antinatural la que más inquieta y atemoriza, siendo una deformación de algo que antes era familiar para los humanos.
Los Yokai viven en todo tipo de ambientes y su comportamiento varia tanto como el de los seres humanos. Generalmente se les considera criaturas maliciosas, aunque algunos Yokai evitan la interacción con los seres humanos por los problemas que ello conlleva, aislándose en áreas lejos de viviendas humanas. Algunos se prestan a vivir cerca de asentamientos humanos conviviendo en armonía y la mayoría son seres siniestros que aterrorizan a la población.
El sintoísmo es la religión que da vida a muchos de estos personajes, principalmente a los objetos inanimados como pudiese ser una vieja lampara que cobra vida para atormentar a las personas, pues esta religión venera a la naturaleza por encima de todo y todo objeto posee una energía.
Estas criaturas eran representadas ya no solo en los grabados y royos ilustrados, se popularizaron también en objetos de uso común como cerámicas de la época, cartas para niños, juguetes, trajes, estampas y el anime japonés. Los Yokai pasaron a de ser personajes que provocaban temor a figuras de entretenimiento y fascinación.
A continuación, una muestra iconográfica de estos personajes.
Grabado Ukiyo-e que retrata a varios Yokai, por Aotoshi Matsui.
Ilustración del desfile nocturno de los cien demonios, por Kawanabe Kyosai.
Yokai entrando en una casa, por Bakemono Zukushi.
Yokai Miage-nyudo, por Toriyama Sekien.
Yokai Kappa, por Toriyama Sekien.
Yokai Rokurokubi, por Toriyama Sekien.
Yokai Hiyaku monogatari, por Katsushika Hokusai.
La leyenda del Ino Mononoque, sección de Hyaku Monogatari.
Anime Gingitsune, anime que resalta a los Yokai Kitsune.
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