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Alfons Mucha. La publicidad elevada a obra de arte. Por Minette Argüello.

Actualizado: 7 jul 2021


Las 4 estaciones, litografías de 1986.

El Art Nouveau (arte nuevo) fue un movimiento artístico en Europa que renovaría la estética con la que se concebían los objetos de valor artístico, resignificando la importancia de las formas orgánicas que evocan a la belleza de la naturaleza. Una de las principales aportaciones del Art Nouveau fue la unificación de la importancia de las artes mayores y menores, pues al ser un estilo que abarcaba múltiples rubros de representación estética, otorgaba el mismo valor artístico a un edificio, una pintura, una joya o un mueble. Un caso excepcional fue el de los carteles publicitarios redirigiendo la intención de ventas de la publicidad a obras de arte que seducen sutilmente a los espectadores que los contemplan.

Uno de los más destacados artistas que elevaron la función del cartel publicitario a obras de arte, fue el pintor Austriaco Alfons Mucha, artista que, aunque demostró tener grandes habilidades para la música desde temprana edad, decide enfocar su atención al dibujo, el diseño y las artes gráficas para convertirse en uno de los máximos exponentes del Art Nouveau y colocar el mundo del cartel a los mismos niveles de reconocimiento como los de la pintura.

Nace un 24 de Julio de 1860 en la población de Moravia, imperio austríaco. Fueron las limitaciones económicas de su familia para pagar su educación, lo que les hizo acomodar al joven Alfons en el coro de la catedral de Brno para que pudiera continuar ahí su educación secundaria, donde se hacen muy notorias sus habilidades para el canto, pero prefiere desarrollar su gusto por el dibujo, con lo que consigue sus primeros empleos elaborando pinturas escenográficas para teatros en su ciudad.

Después de sobrevivir con pequeñas comisiones de trabajos de ilustración para escenografía, en 1887 se traslada a París para continuar sus estudios, mientras realizaba ilustraciones publicitarias para la revista “El arte de la decoración”, revista que impulsaba la popularización del estilo del Art Nouveau. Posterior a ello, vendría una comisión de un trabajo que potencializaría su carrera, al elaborar su primer cartel litográfico para la obra Gismonda, en donde elevaría la fama de la popular actriz Sarah Bernhardt, causando tal emoción en favor de la carrera de la actriz, que ella le ofreció un contrato de exclusividad por seis años para elaborar la publicidad del teatro de la Renaissance.

Varias compañías destinadas a vender una gran variedad de productos, trabajaron con Mucha para la elaboración de sus anuncios por medio de una gran cantidad de pinturas, pósteres, avisos e ilustraciones, así como diseños para joyería, alfombras, empapelados y litografías popularizándose cada vez más el estilo del art Nouveau, dándole la bienvenida a los nuevos cánones estéticos del siglo XX.

Sus trabajos eran protagonizados por la imagen de mujeres hermosas con cabellera larga y suelta, en poses con sutiles movimientos que las hacían lucir flotantes, en armonía con su elegante indumentaria y los motivos orgánicos de la naturaleza con los que venían acompañadas, aprovechando las ventajas de la impresión litográfica en colores que hacía a esta técnica más atractiva, pese a ser un arte reproducible en masa.

Una de las comisiones más interesantes en la trayectoria de Mucha, fue su colaboración con del joyero parisino Georges Fouquet, quien tenía interés en trasladar las cualidades del trabajo del artista en sus joyas y la decoración de sus establecimientos, con lo que Mucha se encargó de estos diseños en los que proporcionó orientaciones al estilo oriental y bizantino.

Después de sus viajes a Estados Unidos en donde realizó más comisiones del estilo del Art Nouveau, destacando con sus trabajos de pintura, Mucha reorientó su atención a proyectos que dotaran a su arte de valores más simbólicos en virtud de su nación, influenciado por la independencia de Checoslovaquia, por lo que trabajo en una serie de 20 pinturas en gran formato, llamados “La épica eslava”, dedicando aproximadamente 18 años de su vida a la representación de la historia y logros de los pueblos eslavos, considerando este el trabajo más significativo de su vida y que sería donado a la ciudad de Praga en 1928, dejando un legado hacia su propia cultura.

Desafortunadamente sucumbió ante las hostilidades de la segunda guerra mundial y ver a la recién independizada República Checa tomada por los alemanes, quienes lo arrestaron e interrogaron por ser defensor de este pueblo, el artista quedaría con secuelas de lo acontecido y fallecería en Praga en 1939 a causa de una Pulmonía.

Ante una actualidad sobrecargada de imágenes publicitarias que evocan al consumo excesivo, por medio de la fotografía publicitaria retocada con medios digitales, es interesante conocer el trabajo del artista que vinculó la publicidad con las cualidades estéticas del mundo del arte clásico para seducirnos con obras de arte que dignifican la función del cartel publicitario.

A continuación, una recopilación de su obra.


Cartel litográfico que le catapultaría al éxito con la actriz Sarah Bernhardt en el papel de Gismonda en 1894.

F. Champenois, cartel litográfico de 1898.

Cartel para compañía ferroviaria PLM, titulado Mónaco-Monte Carlo. 1897.

Cartel para el champán Monopole de Heidsieck & Co., 1901

Plafón decorativo titulado El Zodíaco, 1896

Calendario publicitario para Chocolate Mexicano Masson, creado en 1897

Cartel litográfico para Moët et Chandon, 1899

La danza, litografía de finales del siglo XIX.

Políptico La luna y las estrellas, 1902.

Alphonse Mucha. Autorretrato trabajando en el Épico Eslavo en su estudio de Bohemia.

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