top of page

La muerte vista desde el arte mexicano. Por: Minette Argüello


Se acerca una de las festividades más coloridas y llena de alegría en México, pues “El día de muertos” es una de las fiestas que mejor representan la belleza de la cultura mexicana y nuestra manera de recordar a quienes ya no están con nosotros, pues qué mejor recurso para conmemorar el tema de la muerte, destino al que todos nos dirigimos al final de nuestras vidas, a través de una manera amena y con sentido del humor como lo manifiesta el maestro caricaturista José Guadalupe Posada: “ La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”, haciendo una completa referencia a su más famoso personaje; la catrina. Grabado que corona nuestra portada.

La concepción de la imagen de la catrina se empezó a popularizar a través de textos escritos por la clase media, desde el gobierno de Benito Juárez. Textos en los que criticaban tanto a la situación del país como a las clases privilegiadas. Tales escritos eran redactados de manera burlona y acompañados de dibujos de cráneos y esqueletos que se empezaron a reproducir en los periódicos llamados “de combate”, es entonces que primero se le interpreta a la catrina como: La calavera garbancera

En este texto quiero hacer mención de algunas de las representaciones hechas por algunos artistas mexicanos sobre el tema, donde se nos ilustra la manera tan particular de celebrarlo, dotando a nuestra cultura de esa distinción de ver a la muerte a través de una manera divertida y muy llena de vida, aparte del cariño por nuestros muertos.

Fue Diego Rivera quien nos legó dentro de su trabajo importantes representaciones que son testimonio de nuestra identidad como mexicanos y volviendo al tema de la catrina, fue el quien bautizo así a tan emblemático personaje en su interpretación del mural “Sueño de una tarde dominical en la alameda central”, dotándola de elementos como ropa, porte y elegancia.



El mural está dividido en tres secciones que recorren casi cuatro siglos de la historia de México y tiene como escenario el emblemático parque de la Alameda Central de la Ciudad de México, elegido por Rivera por ser un escenario que ha sido testigo de sucesos trascendentales en la historia mexicana. La primera sección representa la conquista y la colonia, la segunda aborda la independencia e intervenciones extranjera y la tercera los movimientos campesinos y la revolución mexicana.

Otras de las obras con las que representa Diego Rivera esta tradición es en estas dos pinturas que hacen homenaje a esta festividad tituladas “Día de muertos” ilustrando la incomparable ofrenda hecha con flor de cempasúchil, reflejando la conjunción de las culturas indígena e hispana interpretando esta fiesta llena de colores, olores y sabores, donde las tradiciones cristianas de oración y luto se complementaron con los ritos prehispánicos y es en los panteones donde se concentra el corazón de las tradiciones llenando los cementerios de luz y vida a través de la decoración de las tumbas de los seres queridos y el acompañamiento de los vivos que pernoctan en los cementerios.




En la obra la ofrenda del maestro Saturnino Herrán, revive una escena típica del Día de Muertos en los canales de Xochimilco y mira cómo el autor codificó a la vida misma en pintura: en la composición predominan colores opacos que conducen a la nostalgia y contrastan con el brillo de la flor que guía a los espíritus. Reconoce entre sus personajes a un bebé, una niña, un joven, una dama y dos ancianos, las etapas de la vida, todas abordo de una trajinera, y a su vez detrás de ellos, observa lo que parece una fila interminable de pasajeros que navegan por el río de la vida que inevitablemente culmina con la muerte representada en la flor de cempasúchil.


Otra interpretación pictórica muy curiosa sobre esta festividad es a través de los exvotos que los fieles religiosos mandaban a hacer a pintores que quedaron en el anonimato, en agradecimiento al haberse cumplido un favor o curación por intercesión de alguna santidad y que eran dejados en los templos. Estos no solo poseen un valor religioso dado por sus creyentes, sino que son obras que dejan constancia de la historia, organización y creencias de una sociedad haciendo una materialización de la fe a través de la cultura popular y claro que no podía pasar desapercibida la representación de la festividad del día de muertos en ellos.


Es gracias al trabajo de artistas como los mencionados que documentaron a través de sus trabajos la relevancia de esta celebración donde se rescata nuestra herencia prehispánica armonizando increíblemente con nuestro proceso de mestizaje y una bella manera de convivir simbólicamente con nuestros difuntos.



26 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page
UA-137785514-2